El verano en el que las celebridades se lanzaron a invertir en fútbol

Luis García, gestor del MAPFRE AM Behavioral Fund

El verano de este año 2024 va tocando a su fin y es tiempo de volver a la oficina y adaptarse de nuevo a las rutinas. Para los gestores de inversiones, también es momento de repasar las principales noticias que el periodo estival nos ha dejado en aquellos sectores a los que nuestras carteras están más expuestas. En nuestro caso, uno de ellos es el del deporte, en el que desde ya hace varios años estamos siendo especialmente activos, al considerar que ofrece una interesante oportunidad para rentabilizar nuestro capital.

En concreto, en el mundo del fútbol europeo, somos accionistas del Borussia Dortmund alemán (nuestra primera posición en el MAPFRE AM Behavioral Fund) y del Ajax de Ámsterdam holandés. Pues bien, una de las cosas que más me ha llamado la atención en este sector durante estos meses de calor ha sido el gran número de celebridades que se han lanzado a invertir en distintos clubes de fútbol. Ya sean deportistas del primerísimo nivel, cantantes o estrellas del cine, rara ha sido la semana que no hemos conocido alguna noticia sobre una nueva personalidad que se adentraba en este mundo.

Quizás algunos de ellos hayan estado influenciados por el gran éxito que están cosechando en Ryan Reynolds y Rob McElhenney, dos conocidísimos actores de Hollywood, con su inversión en el Wrexham AFC. El club galés ha conseguido dos ascensos de categoría consecutivos y se sitúa más cerca del sueño de alcanzar la Premier League. En su camino, están consiguiendo incrementar de manera impresionante sus ingresos comerciales, con campañas de marketing innovadoras o con iniciativas como las giras veraniegas por Estados Unidos o el (muy recomendable) documental “Bienvenidos al Wrexham FC”, premiado con varios Emmy.

Durante este verano, también hemos visto cómo el rapero Drake ha realizado una importante inversión en el Venezia italiano, probablemente atraído una de las ciudades más bonitas de Italia. Es posible que la localización haya sido también una de las razones que han llevado a Kevin Durant, la superestrella de la NBA y oro Olímpico en los recientes Juegos, a unirse al grupo de copropietarios del Paris Saint-Germain. Y sin salir de Francia, también este verano hemos conocido que la nueva estrella del Real Madrid, Kylian Mbappe, ha adquirido la mayoría de las acciones del Caen, club ligado a su infancia y a sus primeros pasos en el mundo del fútbol. También parece que las raíces y el afecto al equipo de su tierra han sido parte de los motivos que han llevado al cantante Ed Sheeran a convertirse en accionista minoritario del Ipswich Town inglés, en la temporada de su vuelta a la Premier League.

Una de las cosas que me resulta más curiosa de la inversión en equipos de fútbol u otros deportes es que es quizás el único mercado que conozco en el que conviven dos tipos de compradores totalmente diferentes. Por un lado, los “inversores en valor”, con los que nos identificamos nosotros: estos se centran en el valor económico de los activos, que viene determinado por su capacidad para generar flujos de caja en el futuro. Por otro, los que podríamos llamar “cazadores de tesoros”, que buscan el valor emocional en sus adquisiciones, en ocasiones, comprando activos que no generan flujo de caja (o incluso consumen recursos), como cuadros u otras obras de arte, por el simple hecho de disfrutar de su posesión o quizás con la expectativa de venderlos más adelante a otro comprador que se enamore aun más de ellos.

Desconozco las motivaciones que han llevado a estas celebridades, en cada caso concreto, a decidir unirse a la corriente de inversión en el fútbol europeo (aunque puedo, en cierta medida, intuirlas según las características de cada club). Lo que sí parece que muchos de ellos han descubierto es la capacidad que las nuevas tecnologías, en concreto las redes sociales, les otorgan para poder influir en la evolución financiera de las empresas en las que invierten, ayudándoles a obtener nuevos ingresos comerciales apoyándose en sus plataformas personales o en sus redes de contactos.

Esto es algo en lo que Ryan Reynolds, del que ya hemos hablado más arriba, se está convirtiendo en un auténtico maestro, acumulando ya varias inversiones muy exitosas en compañías a las que ha ayudado a crecer con su imagen. De hecho, otra de las noticias más impactantes del verano en el mundo del deporte y los negocios ha sido la vertiginosa velocidad con la que Cristiano Ronaldo ha conseguido pulverizar todos los récords de suscriptores con su nuevo canal de Youtube. Esto podría abrir una enorme oportunidad para que las empresas en las que invierte el astro portugués lleguen hasta sus clientes potenciales.

Pero no son solo las celebridades las que escogen el mundo del deporte para realizar sus inversiones. En el ámbito de los inversores profesionales, durante los últimos meses también hemos visto cómo han surgido en Estados Unidos distintos fondos de inversión temáticos enfocados en este sector. Algunos de ellos, como Arctos Sports Partners o Ares Management, alcanzan ya los 6.000 millones de dólares de activos bajo gestión. Esto es consecuencia, entre otras cosas, del aumento de las valoraciones de las franquicias de deporte americano en los últimos años.

Precisamente, también este verano leíamos el informe del portal especializado Sportico que concedía, por primera vez en la historia, un valor económico superior a los 10.000 millones de dólares a uno de estos equipos. Se trata de los Dallas Cowboys de la NFL. La liga de fútbol americano que, como se ha conocido hace sólo unos días, ha decidido por fin abrir la puerta a que fondos de “private equity” puedan entrar a formar parte del accionariado de sus franquicias. Sin duda, la vuelta del verano y los próximos meses se presentan apasionantes para aquellos interesados en la inversión en el sector del deporte.