Trump toma posesión: ¿cómo han reaccionado los mercados?
Redacción Mapfre
Jonathan Boyar, director de Boyar Value Group y asesor del Forgotten Value Fund de MAPFRE AM
La respuesta del mercado bursátil a la victoria electoral de Donald Trump ha sido de todo menos lineal, mostrando una mezcla entre euforia, escepticismo y expectativas recalibradas. En retrospectiva, parece que los mercados empezaron a considerar la posibilidad de una victoria de Trump tras el debate del 28 de junio, y cobró mayor impulso tras el intento de asesinato en Pensilvania unas semanas más tarde, que ayudó a consolidar a sus partidarios.
Estos momentos cruciales reconfiguraron el panorama político e impulsaron las posibilidades que Trump tenía, provocando un repunte que se prolongó hasta el día de la toma de posesión (aparte de un retroceso del 8% del S&P 500 entre mediados de julio y principios de agosto, que coincidió con el impulso de la Vicepresidenta Harris). Desde el día después del debate hasta el día de la toma de posesión, el S&P 500 avanzó un 10,2%, y el Russell 2000 subió un 12,5%. El optimismo en torno al programa de Trump, claramente en favor de las empresas y centrado en la reducción de la regulación, los recortes del impuesto de sociedades y el fomento de la energía nacional, aceleró este impulso, superando las preocupaciones en torno a su imprevisibilidad o su retórica conflictiva.
Exuberancia seguida de cautela
La reacción inmediata en el primer día de negociación tras las elecciones fue la exuberancia. El S&P 500 subió un 2,5% y el Russell 2000 un 5,8%, impulsados por el optimismo ante un cambio de política favorable al crecimiento económico. Las ganancias se extendieron a los sectores financiero, energético e incluso a las criptomonedas, reflejando la confianza y las expectativas generalizadas de los inversores en un Gobierno favorable a las empresas.
Sin embargo, a medida que avanzaba diciembre, los mercados moderaron su entusiasmo. El S&P 500 bajó un 2,4% y el Russell 2000 se desplomó un 8,3% en el último mes del año, debido a que comenzaron a surgir dudas sobre la capacidad que Trump tendría para poner en marcha su programa ante las limitaciones de un Congreso estrechamente dividido. El día de la toma de posesión, el S&P 500 había avanzado un 4,1% con respecto al día de las elecciones y el Russell 2000 un 1,0%.
Repercusiones políticas: una postura favorable a las empresas
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca trae consigo un claro programa favorable a las empresas centrado en la no regulación, los recortes fiscales y la independencia energética de Estados Unidos. Estas políticas tienen especial impacto para las empresas más pequeñas, centradas en el ámbito nacional, que a menudo tienen que hacer frente a costes regulatorios y de cumplimiento altos. El enfoque de Trump en la no regulación podría reducir estos costes, liberando recursos para el crecimiento, mientras que su propuesta de reducir el tipo del impuesto de sociedades del 21% al 15% impulsaría directamente los beneficios netos. Además, se espera que el aumento de la producción nacional de energía reduzca los costes energéticos, lo que beneficiaría a muchos sectores y aumentaría el gasto de los consumidores.
Los valores de pequeña capitalización, que dependen más de la evolución de la economía estadounidense que sus homólogos de mayor tamaño, pueden beneficiarse considerablemente de este contexto favorable. Con casi el 50% de sus participaciones en empresas de menos de 10.000 millones de dólares de capitalización bursátil, MAPFRE US Forgotten Value Fund tiene una ponderación significativamente mayor hacia valores de menor capitalización con valoraciones más atractivas que los índices del mercado más amplio.
Retos y riesgos
A pesar de su postura en favor de las empresas, Trump se enfrenta a serias limitaciones. La ligera mayoría legislativa del Partido Republicano limita su capacidad para aprobar políticas ambiciosas sin oposición, una realidad que se hizo palpable en diciembre, con el estancamiento en torno a un proyecto de ley de gasto público. La propuesta preferida de Trump, que incluía una suspensión del techo de la deuda, no fue aprobada, lo que obligó a los legisladores a luchar por un acuerdo limitado que apenas evitó el cierre del Gobierno.
Las agresivas políticas comerciales de Trump, especialmente con respecto a China, Canadá y México, también plantean riesgos. Aunque su intención es proteger a la industria nacional, los aranceles pueden avivar la inflación y alterar las cadenas de suministro, contrarrestando potencialmente los beneficios de los recortes fiscales y la no regulación. Los inversores han empezado a preguntarse si los beneficios económicos de las políticas de Trump serán suficientes para contrarrestar las presiones inflacionistas y los riesgos geopolíticos que su enfoque puede acarrear.
Valoraciones y un posible cambio en el liderazgo del mercado
Donald Trump hereda un mercado con valoraciones históricamente altas. Como señaló Spencer Jakab de The Wall Street Journal, el S&P 500 está un 80% más caro que cuando Bill Clinton asumió el cargo y un 400% más caro que al comienzo de la presidencia de Ronald Reagan (según la ratio precio-beneficios de ajuste cíclico de Robert Shiller). Históricamente, las valoraciones elevadas han sido sinónimo de rendimientos moderados a medio plazo. Sin embargo, gran parte de esta sobrevaloración se concentra en un puñado de valores tecnológicos de gran capitalización, lo que deja las valoraciones de las empresas de menor y mediana capitalización en niveles más razonables. Esto presenta oportunidades para los inversores con visión. Como se ha comentado anteriormente, MAPFRE US Forgotten Value Fund, con su importante exposición a empresas de menos de 10.000 millones de dólares de capitalización bursátil y su limitada dependencia de las megacapitalizaciones tecnológicas, está bien posicionado para beneficiarse de este posible cambio.
Mantenerse centrado en medio de la incertidumbre
Mientras que la presidencia de Trump trae consigo tanto oportunidades como imprevisibilidad, el mercado ha recompensado históricamente a aquellos que permanecen alejados de la política y se centran en los principios básicos. En MAPFRE US Forgotten Value Fund, nuestra estrategia sigue siendo la misma: identificar empresas de alta calidad e infravaloradas que puedan prosperar independientemente del ruido macroeconómico y político. Manteniendo la disciplina y centrándonos en las oportunidades a largo plazo, queremos ofrecer un valor constante a nuestros inversores, incluso en un entorno de gran volatilidad.