¿Puede ser rentable la inversión responsable?
Redacción Mapfre
La nueva cumbre del clima ha dado comienzo y las finanzas sostenibles o la inversión socialmente responsable será, lógicamente, uno de los temas de debate. Daniel Sancho, responsable de inversiones de MAPFRE Gestión Patrimonial, explica, en el programa Ponte en Acción, de Negocios TV, que la inversión con criterios ASG (ESG, en inglés), siglas que responden a medioambiental, social y gobernanza, “no es algo nuevo, al menos en MAPFRE, y se ha demostrado que acaba siendo más rentable”. De hecho, así lo demuestran los datos. Por ejemplo, MAPFRE AM, gestora del grupo asegurador con más de 40.000 millones en activos bajo gestión, cuenta con dos fondos, el MAPFRE AM Capital Responsable y el MAPFRE AM Inclusion Responsable, clasificados dentro de la categoría de Artículo 8 por el nuevo Reglamento sobre Divulgación de Finanzas Sostenible (SFDR).
Los resultados obtenidos por estos fondos son muy positivos, hasta el punto de que este tipo de productos están batiendo a sus propios índices de referencia. El primero, que es un fondo mixto, acumula una rentabilidad del 5,15% en lo que va de año frente al 3,97% de su índice benchmark (Stoxx 50, el ICE BofAML Euro Broad Market Index y el ICE BofAML Euro Treasury Bill Index), mientras que el Inclusión, de renta variable, lo hace un 22,63% en el mismo periodo frente al 21,34% que lo hace el índice EuroStoxx50. Y es que las empresas sostenibles, que son las que incorporamos a estas carteras, son más resilientes, más competitivas, generan más oportunidades, afrontan los nuevos desafíos con más garantías y cuentan con mejor reputación. “Es de sentido común que, por ejemplo, una empresa con una buena gobernanza acabe siendo más sostenible. Creemos que hay muchas oportunidades en inversiones con criterios ASG. En algunas ocasiones, puede que compres más caro, pero a veces comprar caro sale mejor”, añade Sancho, quien advierte que, no obstante, y tal como se ha visto recientemente por la crisis energética, “debemos intentar un mundo sostenible pero no podemos hacerlo de un día para otro”.
Cuando uno se plantea cómo comenzar la estrategia, la exclusión de empresas contaminantes o que no cumplen con alguno de los criterios ASG es uno de los métodos más sencillos, pero esto puede ser un error. MAPFRE apuesta más bien por la integración. Como concluye Sancho, “hay muchas compañías energéticas que están haciendo un buen trabajo y se puede hacer excepciones con este tipo de inversiones”, siempre y cuando eso sí haya un plan definido y concreto para que se produzca una transición en el medio y largo plazo.