Qué es el techo de deuda y por qué debería preocupar a los inversores
Redacción Mapfre
Estados Unidos podría quedarse sin dinero para responder a sus obligaciones en menos de un mes. No es por problemas económicos: el país cuenta con una posición solvente y no hay precedentes de impago, pero la polarización política ha hecho que la negociación del techo de deuda, que antes se consideraba casi un mero trámite administrativo, lleve al país a rozar el ‘default’.
El techo de deuda es la cantidad máxima que el Tesoro estadounidense puede pedir prestado a través de la emisión de deuda pública, un nivel que se acuerda en el Congreso y que actualmente se sitúa en 31,4 billones de euros.
Estados Unidos alcanzó ese tope el pasado mes de enero, y su Gobierno lleva desde entonces reorganizando sus partidas de gasto y acelerando su recaudación fiscal, al mismo tiempo que intentan negociar con la mayoría republicana del Senado para llegar a un acuerdo que parece lejano.
La polarización política que está experimentando el país no tiene precedentes, con una parte de la población que reniega de las instituciones y no acepta los resultados de las elecciones. Esta situación hace difícil el acuerdo y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ya ha advertido en una carta a líderes republicanos y demócratas de que el país podría entrar en suspensión de pagos el próximo 1 de junio.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se reunió el pasado 9 de mayo con el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Kevin McCarthy, aunque el encuentro se saldó sin ningún avance para desbloquear la ampliación del techo de deuda.
Tras la reunión, Biden hizo hincapié en declaraciones a los medios de comunicación en la responsabilidad del Congreso de ampliar el límite de deuda y considera que debe hacerlo sin poner condiciones, y recuerda que durante la legislatura del republicano Donald Trump el techo de deuda se amplió en tres ocasiones “sin crear una sola crisis”. Ambos han acordado reunirse de nuevo este viernes.
El impago de la deuda podría tener consecuencias económicas graves. Al disminuir la confianza en el país, aumentarían las rentabilidades de la deuda pública tal y como sucedió con España, Italia, Portugal y Grecia durante la crisis de deuda soberana, y paralelamente, podrían registrase caídas en los mercados de renta variable y una depreciación del dólar.
“Las dos partes llegarán a un acuerdo a última hora, como siempre. Será alguna clase de medida temporal que nos haga volver a tener este debate dentro de unos años”, comenta Jonathan Boyar, principal de The Boyar Value Group y asesor del fondo MAPFRE US Forgotten Value, que destaca que las consecuencias económicas y en el mercado de renta variable serían “tan terribles” que el Congreso se vería obligado a aprobar alguna medida para permitir el pago de la deuda.
Un problema cíclico
El aumento del techo de deuda ha sido siempre un problema recurrente, aunque antes se consideraba casi un mero trámite administrativo: este se ha aprobado 78 veces desde 1960, de las que 49 fue con un presidente republicano y 29, con uno demócrata. El último bloqueo con características similares al actual se dio en 2011, en la primera legislatura de Barack Obama, cuando la Administración elaboró un plan de contingencia que finalmente no fue necesario activar.
Gonzalo de Cadenas Santiago, director de análisis macroeconómico y financiero de MAPFRE Economics, explica que el hecho de tener un techo de deuda es como la “paradoja del cinturón de seguridad”: abrocharlo da una falsa sensación de seguridad, lo que puede provocar un comportamiento más temerario. Por eso, muchos abogan por su eliminación, como Janet Yellen.
Por otra parte, Alberto Matellán, economista jefe de MAPFRE Inversión, resta importancia al techo de deuda y pone el foco en la necesidad de controlar la espiral de deuda. De Cadenas Santiago coincide, aunque no cree que el nivel de deuda sea excesivo en Estados Unidos en comparación con otros, como Japón.
Además, recuerda que Estados Unidos está embarcado en una política industrial sin precedente desde la II Guerra Mundial, imposible de financiar sin la emisión de deuda. “No se entiende una política industrial sin endeudamiento”, defiende el director de análisis macroeconómico y financiero de MAPFRE Economics.
¿Cómo afecta esto a mi inversión?
Boyar explica que el techo de deuda es importante a la hora de invertir en bonos estadounidenses, al impactar sobre si los tenedores de estos activos van a ser pagados o no. “La solvencia de Estados Unidos no se pone en cuestión desde hace mucho tiempo, el hecho de que alguna gente ese esté incluso planteando el ‘default’ lo convierte en un gran problema”, defiende.
La deuda pública estadounidense es un activo común en las carteras, especialmente en las de los inversores conservadores, y el asesor del fondo MAPFRE US Forgotten Value aún ve valor en la deuda gubernamental estadounidense a corto plazo.
De darse un ‘default’, algo que Boyar no cree que suceda, lo más importante es “no entrar en pánico y vender todo”, y pon el foco en las oportunidades que dejan esos momentos de caídas verticales en los mercados, al igual que sucedió en marzo de 2020 por el coronavirus.