Cómo proteger las carteras de los bandazos del mercado
Redacción Mapfre
Los bandazos de las últimas semanas en las bolsas no son mera casualidad: además de la incertidumbre sobre el crecimiento y la inflación, se ha añadido otro factor como es la tensión geopolítica que parece por momentos haberse relajado. Este escenario está condicionado sin embargo por movimientos en el corto plazo, algo que a priori no debería preocupar a los inversores: “No cambia el escenario central”, afirma Alberto Matellán, economista jefe de MAPFRE Inversión. Ahora sí, de darse una situación más preocupante en Europa del Este, “nos encontraríamos ante otro panorama”, añade.
Los inversores deben por tanto protegerse de la inestabilidad y los shocks externos. ¿Podría ser la renta fija una opción? Sin ir más lejos, los bonos, muy sensibles ante cambios de escenario del BCE (la expectativa de un endurecimiento de la política monetaria), están en un momento de saltos bruscos, con el bono español a diez años en el 1,3% y el bund alemán en el 0,3%. Aunque lleven un 2022 en terreno positivo, estas cifras, para el experto, “siguen siendo muy bajas en términos históricos” y “parece complicado que sigan subiendo a este ritmo”.
El oro, uno de los activos históricamente definidos como defensivos, podría convertirse en una opción frente a la inestabilidad política. Aunque este metal pueda servir de escudo ante “periodos de inflación e incertidumbre”, hay varios frentes abiertos a los que no daría protección: “Genera incluso problemas cuando la política monetaria es alcista”, subraya Alberto. Por ello, recalca que hay que seleccionar este activo con cuidado, si bien “puede servir como parte de una cartera defensiva”.
Este no es el único activo que puede entrar en la distribución de los portafolios. Algunos sectores son realmente útiles ante tensiones geopolíticas como la actual entre la OTAN y Rusia. “El sector asegurador y el bancario nos defienden ante eventuales subidas de tipos y crisis geopolíticas”. Asimismo, otros como las materias primas, que siguen su curso alcista, hay que tenerlos en cuenta frente a “niveles de precios elevados y shocks exógenos”.
Pero todo esto no es suficiente. De cara a los inversores menos experimentados, y con la vista puesta en rediseñar sus carteras, aquellos cambios de gran magnitud que puedan alterar la estructura económica de una determinada región (como el Brexit o el conflicto en Ucrania) “deben ser delegados a un gestor profesional”. No obstante, el experto aclara que el inversor minorista puede revisar sus activos si se trata de circunstancias personales que le afecten directamente. Aun así, y en medio de la tormenta, “lo mejor es evitar los movimientos del día a día y aislarse del ruido”.