“Hay que estar preparado para que este no sea el año perfecto”
Redacción Mapfre
En medio de la temporada estival, los inversores parecen estar andando con pies de plomo. Alberto Matellán, economista jefe de MAPFRE Inversión, cree que se está gestando un cambio de sentimiento: “En el primer semestre, las expectativas de crecimiento han subido mucho en Estados Unidos, y es normal que estas se moderen en la segunda mitad del año”. En este sentido, manda un mensaje de tranquilidad y afirma que en verano “los movimientos no son dramáticos y están dentro de lo normal”. Además, y con la pandemia aún por terminar, advierte que hay que estar preparado para que “este no sea el año perfecto”: “La realidad se impone y posiblemente no recuperemos aún el 100% pre pandemia”.
Ante la inminente comparecencia del presidente de la Fed en el congreso americano, el experto estima que la institución no cambiará la postura respecto a los objetivos de inflación. “La decisión no puede depender de un dato individual, pero la cuestión es si el crecimiento en el nivel de precios será transitorio, y parece que es así”.
Asimismo, el nuevo dato del IPC en Reino Unido (2,5%), podría hacer saltar las alarmas y desencadenar una oleada alcista en los precios del continente europeo. No obstante, valora que los bancos centrales intentarán reaccionar lo menos posible y apunta que los inversores están más atentos al comportamiento de la población que será en parte consecuencia de las políticas de los banqueros centrales.
En la vertiente empresarial, y más concretamente en Wall Street, anticipan buenos resultados, que servirán, además, de guía para el futuro. De la misma forma se esperan en Europa, donde Matellán añade un factor diferencial: “Es una región muy exportadora, y será interesante ver el impacto de la evolución de la pandemia y la demanda externa de Asia”.
Con la llegada de las vacaciones, el experto recomienda a los inversores particulares que se olviden de los mercados y, si han hecho los deberes, “no deberían tener sustos en el mercado”. En esta línea, y tras destacar anteriormente la importancia de la formación y la lectura, incide esta vez en la formación del carácter para tomar decisiones en situaciones de incertidumbre.