¿Nuevos problemas en la banca comercial estadounidense?
Redacción Mapfre
La banca comercial estadounidense vuelve a alertar a analistas e inversores. Esta vez, ha sido New York Community Bank (NYCB) el que ha hecho saltar las alarmas. La entidad, que adquirió una parte de Signature Bank tras los problemas que el sector atravesó hace casi un año, anunciaba la semana pasada un beneficio récord de 2.374 millones de dólares, un 265% más que el año anterior.
Pese a las buenas cifras para el año en su conjunto (debido, entre otras cosas, a esa compra de los activos de Signature Bank), NYCB registró en el cuarto trimestre unas pérdidas de 252 millones de dólares, debido a su exposición al inmobiliario comercial. Además, la entidad anunció una previsión para insolvencias de 552 millones de dólares frente a los 45 millones esperados, otra ‘red flag’ para el mercado, que la interpreta como un mayor nivel de impagos. Los mercados no tardaron en castigar a la compañía, con un desplome cercano al 40% el día que anunció los resultados y otro 13% adicional al día siguiente.
Poco después, Aozora Bank advertía una pérdida relacionada con el sector inmobiliario comercial de Estados Unidos, a lo que los mercados respondieron con una caída superior al 20%. A nivel agregado, los bancos han registrado una caída de en torno al 5% en los últimos días, según muestra el índice KWB Bank, que agrupa a las entidades bancarias estadounidenses. Sin embargo, si echamos la vista a febrero de 2023, antes de que se produjese la bancarrota de Silicon Valley Bank (SVB), este está un 18% por debajo.
Así, vuelve el fantasma de la crisis bancaria, aunque parece que, al igual que hace un año, esta no se extenderá a la economía. Lo que sí cambia esta vez es la causa de estas turbulencias, con el sector inmobiliario en el punto de mira, donde los analistas auguran, al igual que NYCB, un aumento de los impagos.
Los préstamos inmobiliarios comerciales suponen cerca de un 30% de los activos de los bancos pequeños, frente a solo el 6,5% de los grandes, según un informe del JP Morgan Chase, que añade que una parte “significativa” de ese porcentaje necesitará una refinanciación en los próximos años, lo que a su vez “aumenta las dificultades para los prestatarios en un entorno de tipos de interés creciente”.
Además, hay una serie de riesgos que aún colean en este subsector, como los patrones de trabajo híbrido o el aumento del comercio electrónico, que impacta sobre todo en almacenes u otros edificios destinados a la logística. De todas las diferentes tipologías, JP Morgan Chase señala directamente a las oficinas, que se enfrentan a una serie de desafíos particulares. Aunque la mayor exposición de NYBC se da en vivienda, también ha heredado de Signature Bank algunos préstamos más centrados en este sector.
Casi un año desde la caída de SVB
El primer banco que experimentó problemas en 2023 fue SVB, especializado en la financiación de startups y muy afectado por las agresivas subidas de tipos de interés en los últimos dos años, que devaluaron los bonos en cartera. Esas turbulencias entre las entidades bancarias regionadles de EE.UU. causaron estragos en los mercados, con impacto en todo el sector en general. Por ejemplo, First Republic, el cuarto banco que registró problemas el año pasado, retrocedió el 49% en Bolsa tras comunicar una caída del beneficio del 33%, hasta los 269 millones de dólares, que fue unido a la retirada del 58% de los depósitos, equivalente a 102.000 millones de dólares.
Alberto Matellán, economista jefe de MAPFRE Inversión, explicaba en aquel momento que esa reacción negativa se debía más al contexto que a las cuentas en sí mismas. “No son tremendamente boyantes ni malas, pero el contexto no es especialmente favorable”, comentaba.
En Europa, el gigante Credit Suisse fue el más afectado por las turbulencias bancarias, tras admitir la existencia en su informe financiero de “debilidades materiales” que, unido a todos los problemas que estaba experimentando la banca comercial estadounidense, provocó una pérdida de confianza y una retirada masiva de los depósitos. Por el momento, no hay ninguna entidad europea en apuros.
Los niveles de volatilidad del sector financiero se redujeron rápidamente después del colapso de Credit Suisse, aunque María Torres de Becerril, gestora de inversiones de renta variable de MAPFRE AM, ya advertía en junio de que, desde el punto de vista de la regulación y la falta de confianza, los efectos colaterales de esos problemas “se iban a seguir viendo”.
“El inversor sigue desconfiando del sector bancario y prueba de ello está en la prima de riesgo con la que siguen cotizando los bancos. Todavía no se han recuperado las tasas de descuentos previas al mes de marzo cuando se desato la crisis de la banca regional estadounidense”, explica Torres de Becerril.
Desde entonces, la cotización de los bancos parecía haberse recuperado, llegando en muchos casos a niveles de beneficios récord gracias a la subida de tipos de interés, y el sector financiero era una de las principales apuestas de las gestoras de activos.
¿Qué esperar de los bancos centrales?
Los problemas que experimentó la banca comercial estadounidense en 2023 no fueron obviados por la Reserva Federal (Fed), que realizó una inyección de liquidez en el sector bancario de casi 165.000 millones de dólares, ni por el Banco Nacional Suizo (SNB), que prestó a Credit Suisse 50.000 millones de francos suizos, aunque eso no evitó su venta a UBS. En esta ocasión, habrá que esperar para apreciar cómo de grave es la situación y si existe realmente un riesgo de contagio entre entidades.