Megatendencias, nuevos desafíos y el papel crucial de los ahorros privados en Brasil
Redacción Mapfre
Gonzalo de Cadenas Santiago, subdirector general de MAPFRE Economics
La trayectoria económica de Brasil en las últimas tres décadas ha sido una historia de crecimiento seguida de desafíos importantes. Entre 1988 y 2013, el país experimentó un periodo de rápida expansión motivado por varios hitos: el regreso de la democracia, la liberalización económica de la década de 1990 o la exitosa aplicación del Plan Real en la década del 2000 fueron factores que contribuyeron a una era de transformación económica. El dividendo demográfico y el auge de China como potencia económica mundial también estimularon la escalada de Brasil. Durante este periodo, la economía del país se triplicó y veinticinco millones de personas se instauraron en la clase baja-media, consolidando así la posición de Brasil como la novena mayor economía y un líder regional en el Mercosur.
Sin embargo, Brasil entró en una fase más discreta a partir de 2014: la década silenciosa. El crecimiento se estancó, la desigualdad creció y el país comenzó a enfrentarse a una mayor precariedad laboral. La trampa del ingreso medio se arraigó, en parte a causa de los éxitos anteriores del país. El envejecimiento de la población y el cambio a una economía basada en el consumo agravaron la recesión económica. Y por si fuera poco, la división geográfica entre las regiones nordeste y sudeste de Brasil se pronunció aún más, lo que favoreció la agitación y la polarización sociales.
Para reactivar el crecimiento, el país debe concentrarse en reducir la pobreza y la desigualdad fortaleciendo la clase media y abordando las vulnerabilidades de sus sectores social, financiero y exterior. Recuperar los éxitos del pasado requerirá un esfuerzo conjunto para mejorar la distribución de la renta, gestionar las finanzas públicas de forma responsable y abordar las megatendencias globales principales, como el progreso tecnológico, el cambio climático y los problemas continuos de la desigualdad.
Un aspecto fundamental para la recuperación de Brasil es el papel del sector de la gestión de los ahorros privados, incluido el de los seguros. En un momento en el que Brasil tiene que lidiar con el cambio tecnológico, en el que la digitalización y la automatización están transformando las industrias, la necesidad de invertir en infraestructuras, I+D y una mejor cualificación del personal resulta fundamental. El sector de la gestión de los ahorros privados cuenta con una posición privilegiada para movilizar el capital a largo plazo que se requiere para estas inversiones. En ese sentido, las compañías aseguradoras y los fondos de pensiones desempeñan un papel crucial en la transformación de los ahorros individuales en inversiones a gran escala que puedan impulsar el desarrollo nacional y garantizar un crecimiento económico continuo.
El cambio climático es otro desafío importante y la custodia del Amazonas por parte de Brasil lo coloca en la primera línea de la lucha ecológica mundial. La transición a una economía verde alberga un enorme potencial para Brasil, ya que ofrece oportunidades en materia de energías renovables y crecimiento sostenible desde el punto de vista medioambiental. No obstante, para aprovechar estas oportunidades, Brasil debe efectuar inversiones cuantiosas en infraestructura verde, lo que, de nuevo, subraya la importancia de movilizar los ahorros privados. Gracias a su capacidad de agrupar fondos a largo plazo, el sector asegurador puede financiar estos proyectos a gran escala y ayudar a mitigar los riesgos asociados a la economía brasileña, que depende de las materias primas.
En el panorama económico global, Brasil sigue siendo protagonista en América Latina, al beneficiarse de su posición como principal destino principal de inversión extranjera directa (IED), y un enlace esencial en las cadenas de suministro regionales. Aun así, conservar esta ventaja requiere una autonomía estratégica y resiliencia ante la fragmentación global. El sector financiero puede proporcionar la estabilidad financiera necesaria para amortiguar los choques externos que azotan la economía y, así, ayudar a Brasil a mantener su competitividad en un entorno global cada vez más volátil.
En el contexto interno, la desigualdad y el estancamiento de la clase media siguen presentando graves amenazas para la estabilidad social. El sector de los ahorros privados puede contribuir a abordar estos problemas ofreciendo productos financieros accesibles que fomenten la acumulación de riqueza y una planificación financiera a largo plazo. Al garantizar que más brasileños tengan acceso a instrumentos de ahorro estables y seguros asequibles, el sector puede ayudar a reducir las desigualdades sociales y favorecer una mayor inclusión económica.
El cambio demográfico de Brasil hacia una población envejecida subraya aún más la importancia del sector de la gestión de los ahorros. Teniendo en cuenta que el sistema público de pensiones se enfrenta a una presión cada vez mayor, los instrumentos de ahorro privados, como los planes de pensiones y los seguros de vida, resultan fundamentales para garantizar la seguridad financiera de las personas mayores. Al prolongar el ciclo de vida de los ahorros y aliviar la carga de las finanzas públicas, este sector será primordial para salvaguardar la sostenibilidad del sistema de pensiones y reforzar la economía cuando Brasil se enfrente a los desafíos de una sociedad envejecida.
El futuro de Brasil dependerá de la eficacia con la que los sectores público y privado colaboren para fomentar el crecimiento sostenible, la inclusión y la resiliencia. Se vislumbran cuatro escenarios posibles en el horizonte: la distopía, marcada por un crecimiento bajo y una desigualdad creciente; el estancamiento unido, en el que un crecimiento moderado coexiste con una baja inclusión social; la gran división, en la que el crecimiento beneficia a algunas regiones, pero deja atrás a otras; o la hipótesis más optimista, la potencia sudamericana, un futuro en el que Brasil alcanza el crecimiento inclusivo, la sostenibilidad medioambiental y la estabilidad social.
A fin de cuentas, el éxito de Brasil dependerá de su capacidad de movilizar los ahorros. Los ahorros son los cimientos sobre los que se construyen las inversiones a largo plazo, la resiliencia financiera y el crecimiento sostenible. El sector financiero, con su capacidad extraordinaria de transformar las contribuciones individuales en prosperidad nacional, será imprescindible para ayudar a Brasil a sortear los obstáculos actuales y garantizar un futuro más próspero y equitativo.