Los inversores pierden el entusiasmo por la persistencia de la inflación
Redacción Mapfre
El último dato de inflación en Estados Unidos, que constató que el freno del crecimiento de los precios iba a ser más gradual de lo esperado, ha hecho que los inversores perdiesen el entusiasmo que habían mostrado en las primeras semanas de 2023.
“La inflación está todavía en tasas más elevadas de lo que se esperaba para estas alturas del año, el crecimiento y los datos macroeconómicos del año también están saliendo mucho mejores de lo esperado”, explicó Ismael García Puente, gestor y selector de fondos de MAPFRE Gestión Patrimonial.
Esos datos, que a priori son positivos, tienen como consecuencia que el endurecimiento de la política monetaria se mantenga durante más tiempo. “La resiliencia de las economías en lo que llevamos de año está sorprendiendo por el lado positivo, que siempre es bueno, pero en este caso conlleva una política monetaria más dura durante más tiempo”, añadió Javier de Berenguer, analista y selector de fondos de MAPFRE Gestión Patrimonial.
De esta forma, el tipo máximo esperado por el mercado al que llegaría la Fed ha superado ya la media del gráfico de puntos al situarse en el 5,3% frente al 5,1% que esperaba el comité de la Fed en la última reunión. La previsión de García Puente es que los tipos seguirán altos, ante la persistencia que ha mostrado la inflación.
“Hemos dado por hecho en muchos casos que las económicas son máquinas diseñadas por ingenieros alemanes y que si subimos los tipos hoy, mañana va a bajar la inflación, cuando sabemos que todo lleva un tiempo. Las economías, las compañías y los consumidores nos adaptamos a este nuevo entorno y normalmente lleva más tiempo de lo que nos gustaría controlar la inflación”, comentó el gestor y selector de fondos de MAPFRE Gestión Patrimonial. Ahora, lo importante para García Puente son las expectativas de inflación que tienen tanto consumidores como el mercado.
Incertidumbre en los mercados
En este contexto, De Berenguer recomienda diversificar la cartera y tener cautela en los mercados de renta variable, mientras que en renta fija advierte sobre los déficits estructurales en algunos países del sur de Europa que “tienen que solventar de alguna manera”.
Las perspectivas son mejores en crédito, dado que las compañías tienen unos balances más saneados que en la década anterior y, además, han aprovechado el escenario tipos bajos para alargar las duraciones de su cartera de deuda