La lectura de MAPFRE Economics sobre las últimas reuniones de los bancos centrales
Redacción Mapfre
En aras de controlar el nivel de inflación, los bancos centrales se han visto obligados a salir al paso. Tanto el Banco Central Europeo como la Reserva Federal han celebrado en la última semana sendas reuniones (en el caso del primero, de carácter urgente tras la escalada en las primas de riesgo), con un tono más agresivo del esperado por los mercados, sentando un precedente de cara a las próximas decisiones de los organismos.
Concretamente, la reunión ‘de urgencia’ del BCE, estuvo marcada, según el Servicio de Estudios de MAPFRE, por la confirmación de varios aspectos relevantes. En primer lugar, un pronóstico de inflación notablemente más alto y una previsión de crecimiento económico significativamente más bajo, tal como se anticipada en el anterior informe ‘Panorama económico y sectorial 2022: perspectivas hacia el segundo trimestre’, con riesgos estanflacionarios crecientes para la Eurozona. Seguido de la inflación, se conocieron las primeras pautas de normalización monetaria, tras un largo período de niveles mínimos de tipos de interés. Y en tercer lugar, y no menos importante, el riesgo de fragmentación latente en el trayecto hacia la neutralidad monetaria.
Con todo esto, los expertos de MAPFRE Economics esperan que, en el corto plazo, el plan previsto de Christine Lagarde encaje con la sincronía de endurecimiento monetario global, “encontrando un cierto equilibrio temporal y dotando de cierta capacidad de anclaje al euro en el mercado de divisas, aunque con el riesgo de seguir de debilitando su posición frente al dólar”. Sin embargo, en el medio y largo plazo, estiman que la posibilidad de materializarse un evento de spreads “expondría la disyuntiva entre moderar los objetivos de inflación y combatir las primas riesgo”.
¿Y la Reserva Federal?
Si bien la reciente reunión de la Fed estuvo marcada por una serie de paralelismos respecto a su homólogo europeo (desaceleración, inflación y tensiones en los mercados), las razones subyacentes continúan mostrando ciertas diferencias. Por el lado de la inflación, el factor de oferta continúa evidenciado un problema que no termina de revolverse, limitado tanto por factores exógenos como por factores endógenos. Asimismo, y a pesar de las cifras negativas de PIB estadounidense en el primer trimestre del año, el Servicio de Estudios de MAPFRE apunta que los datos de consumo demostraron una expansión relevante, ejerciendo presiones al alza en los precios y obligando, como consecuencia, “a acelerar los cambios hacia una política económica que, en cierta medida, ayude a restringir los planes de gasto”.
Tal y como espera la Reserva Federal, MAPFRE Economics estima que la economía estadounidense se encamine hacia un “aterrizaje suave”, alineando los desequilibrios entre oferta y demanda que sostienen los actuales precios hacia un entorno manejable. “Esto desencadenaría una rectificación de la demanda, generando una panorama relativamente benigno para el mercado”, afirma. No obstante, la probabilidad de un “aterrizaje forzoso”, “que reconfiguraría la función de oferta y demanda”, podría aumentar a medida que el ciclo de ajuste se acelere y los riesgo de cola se vayan acumulando.