La renta fija vive su peor año en medio siglo
Redacción Mapfre
2022 ha sido catastrófico para la renta fija. De acuerdo con Vanguard, desde 1969, cuando hubo un rendimiento negativo de los bonos del 8,1%, no se registraba un período tan malo. En lo que va de año, los bonos del Tesoro de Estados Unidos (el índice de referencia mundial de la renta fija) han caído un 11%, los alemanes un 12,5% y de la eurozona un 13%, según los índices ICE BofA. Los bonos de las empresas con la mejor calificación crediticia, tanto estadounidenses como europeas, también han pasado por una mala racha, con caídas que superan el 10%. Y en el caso de aquellas calificadas por debajo del grado de inversión, las pérdidas han sido mayores.
Estos datos demuestran que ningún activo está exento de riesgo, así lo explica Daniel Sancho, responsable de inversiones de MAPFRE Gestión Patrimonial. “Los inversores y en general el mercado deben aprender que la renta fija también puede ser volátil, de ahí la necesidad de un buen asesoramiento”, detalla. En efecto, hay carteras que han soportado muy bien el riesgo, con pequeñas caídas del 2% o 3% gracias a la buena elección del activo de renta fija.
En cualquier caso, parece que lo peor ya ha pasado. La mejora de la liquidez y el tono de calma a nivel macroeconómico ha permitido que los precios se ajusten y aumente la rentabilidad. Alberto Matellán, economista jefe de MAPFRE Inversión, espera que los rendimientos de los bonos aumenten para finales de año y se mantengan al menos durante los primeros meses de 2023. Algunos de los bancos más grandes del mundo, como JPMorgan o Goldman Sachs, también son optimistas, aunque en el segundo caso la cifra es más cercana a los niveles actuales (alrededor del 3,30%) incluso si la inflación sigue sorprendiendo al alza.
Si bien no hay certeza de cuánto subirán los bonos, lo que está claro es que los efectos de la inflación se cubren a largo plazo, por eso es que ambos analistas de MAPFRE recomiendan invertir en empresas capaces de soportar la fluctuación de los precios. En este terreno también ha mejorado el optimismo. La inflación interanual de la eurozona ha caído seis décimas en noviembre, hasta el 10%. Es la primera bajada desde junio del año pasado y supone una mejor cifra que la esperada por los gobiernos. En consecuencia, se prevé que ya haya tocado techo.