Patrick Nielsen: “El riesgo de burbuja en los activos cotizados ha bajado sustancialmente”
Redacción Mapfre
¿Cuál es su función en el día a día en MAPFRE AM?
Mi equipo se centra en la gestión multi-activos y en la bolsa americana. Además, coordino nuestro Asset Allocation, que tiene mucha relevancia para nuestros fondos mixtos.
En Mapfre AM, el trabajo en equipo es una realidad. Los mercados financieros están interconectados, las noticias que pueden impactar en los precios de los activos pueden aparecer en cualquier rincón del mundo y a cualquier hora. Tenemos que ser capaces de implementar nuestras estrategias en el momento más oportuno. Una parte crucial de mi día a día es de coordinación.
Usted estudió en París y empezó su carrera profesional en Estocolmo, ¿cómo y por qué aterrizó en MAPFRE AM?
Inicié mi carrera profesional en el Banque Indosuez y después de una etapa inicial, el departamento de RR.HH. de aquella entidad me propuso varias opciones en la banca de inversión en la sede central, en París. Eran puestos muy interesantes, muy técnicos: sindicación de préstamos, financiación de proyectos, nuevas emisiones…Pero mi responsable en Suecia me aconsejó una apuesta radicalmente distinta: participar en un nuevo proyecto en España, iniciado por Victor Bultó que era una persona que mi jefe de entonces estimaba muchísimo. ¡Me convenció! Además, al tener sangre española (mi madre es española, de Benavente) y mucha familia en España había detrás una lógica personal.
Lleva años estudiando y aplicando técnicas matemáticas y aprendizaje estadístico al proceso de toma de decisiones, ¿podría profundizar más sobre en qué consiste esto?
Desde muy joven, me interesaron las ciencias en general –en particular las matemáticas- y las finanzas, en particular. Creo que ahora la enseñanza es más flexible, pero hace cuarenta años, cuando me planteaba mi carrera académica, había que elegir: ciencias o finanzas. Elegí las finanzas, pero siempre tuve ganas de profundizar mis conocimientos matemáticos. Así que, a mediados de los años 1990, me puse a estudiar matemáticas con la dedicación que me podía permitir un trabajo a tiempo completo y más en adelante la alegría de ser padre. Después de unos años, hacia finales de los años 90, tuve la convicción de que la conjunción de los avances en capacidad computacional, en comunicación, en disponibilidad de datos y en teoría estadística iban a tener un impacto profundo. Estreché la colaboración y la amistad con académicos y rápidamente me confirmaron esas intuiciones.
Los mercados financieros se adaptan bien a estas técnicas porque hay muchos datos, hay que procesar rápidamente antes de que la información (bien sea intrínseca, es decir, algún posible desajuste de precios, o exógena, por ejemplo una noticia) sea totalmente descontada.
¿Qué es lo que diferencia a MAPFRE AM de otras gestoras, es decir, qué valor aporta la gestora de MAPFRE para sus partícipes?
Al llevar desde el inicio de la gestora, y con la experiencia acumulada de más de 35 años trabajando en el sector de la gestión financiera, he podido observar muchos ciclos, tanto alcistas como bajistas. En estos ciclos, se han alternado épocas de euforia y de miedo, incluso de pánico. MAPFRE AM ha mantenido siempre un rumbo firme en estos ciclos y mercados, evitando los extremos y, por consiguiente, evitando los descalabros más virulentos que los mercados han vivido (apalancamiento excesivo, fraudes, burbujas…). Creo que este “sentido común” aporta valor al partícipe. Aportamos innovación, productos diferenciados, pero este elemento más intangible me parece muy importante de resaltar.
Nos encontramos en un nuevo entorno de subidas de tipos y retirada de medidas extraordinarias de liquidez por parte de los bancos centrales, ¿cómo puede afectar esto a los mercados?
Hay que volver un poco atrás y poner el contexto: subidas de tipos y retirada de liquidez corresponden a un deseo de luchar contra la inflación. Pero, ¿cuáles son los orígenes de esta inflación? El incremento de la inflación fue muy brusco y muy agudo. Con toda probabilidad, concurrieron varios factores: la guerra en Ucrania explica una parte de la presión inflacionista y hace que muchos analistas piensen que es esencialmente un choque exógeno, pero es importante resaltar que el equilibrio de la oferta y demanda se había perdido por las disrupciones inducidas por la pandemia.
Sin embargo, creo que las políticas monetarias y fiscales han tenido también un papel importante y difícil de identificar con exactitud. Las políticas monetarias han sido demasiado laxas durante un largo periodo de tiempo, anestesiando señales de alerta en los mercados financieros, en particular en los mercados crediticios. Es un poco como un embalse defectuoso. Se veía algunas fisuras a las que no se prestó atención y de repente la presa se rompió y se desataron las presiones inflacionistas. Una vez que pase la ola destructora, veremos el caudal real de inflación, que será probablemente muchísimo menor.
¿Qué sectores son los que mejor se comportan en este contexto?
Hemos tenido muchos años donde los mercados se preocupaban por la deflación. De hecho, muchos inversores actuales no han vivido etapas de inflación en su experiencia profesional. Al haber empezado en los mercados financieros en el 1987, he visto decisiones monetarias enfocadas a luchar con una presión inflacionista excesiva, en particular en España cuando Mariano Rubio y Luis Angel Rojo eran Gobernadores del Banco de España. Si bien hay lecciones de estas épocas que se pueden aplicar, hay que recordar que la economía ha cambiado mucho. Lo que es obvio es que se beneficiarán las empresas que puedan defender sus márgenes. Eso se puede conseguir con agilidad para controlar sus costes y capacidad para subir precios. Es decir, flexibilidad y dinamismo de gestión junto con una buena imagen de marca. Estamos hablando de empresas de calidad. Aquí tenemos una trampa potencial: son justamente estas empresas que gozan de una alta valoración y, por la dinámica del descuento de flujos financieros, son las que más sufren una subida del nivel de los tipos de interés.
A nivel sectorial, actualmente se comporta bien el sector petrolero, por la fuerte subida del precio de la energía y porque los inversores han vuelto a valorar la importancia estratégica de un suministro estable, a pesar de los interrogantes a nivel ESG. Los bancos puntualmente también lo hacen algo mejor. Pero creo que es peligroso extrapolar de manera uniforme a un sector. La regla que se aplica de momento es que, cuanto más alejado en el tiempo son los flujos financieros, más se ve penalizada la empresa. Las compañías que van a poder mantener y expandir sus ingresos en los próximos años deberían tener una buena evolución. El largo plazo siempre es crucial, pero quizás los inversores van a fijarse más en la ejecución de la empresa en el corto medio plazo.
¿Ve indicios de burbuja en algunos activos o precisamente esa marcha atrás de los bancos centrales las podría contener?
Con las caídas registradas desde principios de año, y las subidas de tipos de interés observadas, creo que el riesgo de burbuja en los activos cotizados ha bajado sustancialmente. No totalmente, pero ya no debería representar un riesgo sistémico. Sin embargo, a mi entender, el largo periodo de tipos bajos ha empujado mucha inversión hacia activos alternativos. Creo que no solamente se verán perjudicados por el mero ejercicio de descuento de flujo, sino que los inversores van a volver a tener que valorar la liquidez de un activo como un atributo positivo y no como un hándicap, como es el caso actualmente.
¿Considera que en momentos complicados como el actual es cuando sale a relucir realmente las virtudes de un buen gestor de fondo
Las personas solemos tener un sesgo intrínseco: positivo o negativo. La persona de carácter muy prudente tenderá a destacar en mercados bajistas mientras que el optimista se aprovecha más de los periodos favorables. Por eso es importante y saludable el trabajo en equipo para incorporar distintos puntos de vista siempre que no se mezcle el postre con los entrantes. Es decir, la clave es construir una visión original basada en distintos puntos de vista. Claramente, es un ejercicio especialmente difícil cuando hay poca visibilidad, mucho riesgo y alta volatilidad.
¿Qué decisiones ha tomado últimamente usted como gestor para adaptarse a este entorno, es decir, se ha producido un cambio de estrategia?
A nivel geográfico, a raíz de la invasión de Ucrania, hemos puesto el énfasis en EE.UU. en nuestros fondos multi-activos en detrimento de Europa. Somos conscientes de que las valoraciones europeas son más atractivas y observamos que las preocupaciones en Europa son generalizadas y, por lo tanto, están probablemente recogidas en las cotizaciones. Pero esta crisis pone de manifiesto que hay en Europa unas incógnitas estratégicas que añaden mucha incertidumbre: política energética y defensa son dos de las más inmediatas, pero habría también que mencionar liderazgo tecnológico.
A nivel de riesgo de tipos de interés y evolución de la inflación, nuestra postura ha sido cauta desde antes de la pandemia y mantenemos ese enfoque.
Para la valoración de activos, estamos poniendo algo más de peso en el corto y medio plazo. Queremos identificar cuanto antes las empresas, sectores o países que se benefician del entorno actual y aquellas que lo padecen.
MAPFRE AM tiene entre sus pilares la apuesta por el ESG, ¿cree que con la recesión que se avecina, la guerra, la inflación y, principalmente, la crisis energética…seguirá este asunto estando en el primer plano?
Varios activos con excelente calificación ESG cotizaban con una prima importante y han sufrido por el alza de los tipos. Quizá también porque esa prima era excesiva. Otro elemento es la fuerte alza del precio de la energía y el cambio de paradigma que conlleva las dudas sobre el suministro ruso. Es todavía pronto para tener una idea clara del impacto a largo plazo sobre el mercado de la energía de la crisis actual. Pero, en la actualidad, la fuerte subida de todas las fuentes de energía ha beneficiado a los productores de energía. Muchos fondos ESG estaban fuera de aquellos títulos y era una decisión “fácil”, ya que llevaban años con una evolución financiera negativa. A mi entender, nuestra apuesta ESG tiene todo el sentido, porque es justamente incorporar elementos extra financieros como elementos que deben ser considerados en el proceso de toma de decisión. Yo creo que es una fase de maduración de la inversión ESG. La inversión ESG debe identificar y apoyar las empresas más innovadoras, no ser un rígido guardián de una postura.
¿Cree a su vez que la gestión activa es realmente la que aporta valor para lidiar con estas incertidumbres que se nos presentan? En definitiva, se encuentra usted entre los detractores de la gestión pasiva ¿por qué?
Los inversores tienen un papel y una responsabilidad muy importante: identificar y apoyar aquellas empresas con productos y soluciones novedosas. De manera simétrica se debe restar capital de aquellas empresas cuyas aportaciones a la sociedad en su conjunto, en su definición más amplia, están por debajo de la media. Ese proceso es de una complejidad tremenda y el proceso de “mercado”, donde se incorpora mucha información procesada por muchas partes distintas parece especialmente adecuado para resolverlo. Por lo menos, hasta la fecha ha sido el proceso “menos malo”. La gestión pasiva pone límites al alcance de este proceso y esto es peligroso. Sin embargo, no hay que olvidar que tiene ciertas ventajas. Es una cuestión de equilibrio.
Hobbies
Tengo muchos hobbies, ¡cada vez más! Me gusta estudiar física y matemáticas. Intento aprender programación. Me apasiona la Astronomía y hago Astro-Fotografía (fotografías de galaxias y nebulosas). Soy también acuariófilo. Practico a diario yoga y me encanta caminar. Leo con asiduidad, especialmente libros de divulgación.
Un plato
No soy especialmente gourmet. Me quedo con el Gazpacho
Una ciudad / país
Me gustan mucho las ciudades históricas europeas, pero son tantas que no sé cómo elegir. Así que me quedo con algo distinto: Nueva York que me parece fascinante por la energía que transmite. Como país, Suecia.
Un grupo musical
Mis gustos musicales son cada vez más clásicos y diversos. Los grandes compositores barrocos, música medieval, compositores románticos, compositores recientes. También escuché mucho rock en mi juventud (estuve en un grupo y participaba en un programa de radio en los ochenta), así que por nostalgia voy a mencionar Joy Division porque me marcó enormemente.