Inflación récord, menor crecimiento y tipos al alza: un cóctel peligroso
Redacción Mapfre
Emulando las famosas palabras de Draghi en las que, durante la crisis financiera en 2012, anunció que el Banco Central Europeo haría todo lo que fuese necesario “para salvar el euro”, Christine Lagarde ha recogido el testigo en un momento nada fácil para la economía europea. Esta vez, el discurso ha pasado de Londres a Sintra, donde ha afirmado que el BCE haría todo lo necesario para anclar las expectativas de inflación al 2%, es decir, abordar el principal objetivo del organismo.
Por el momento, no será una tarea del todo fácil, al menos en España, donde la inflación se ha disparado hasta el 10,2%, un 1,8% más que el mes anterior (siendo el nivel más alto desde 1985). Con un nivel de precios desbocado se han encendido algunas alarmas en el corto y medio plazo. Para Alberto Matellán, economista jefe de MAPFRE Inversión, no son buenas noticias, si bien reconoce que entra dentro de las previsiones de los analistas: “Es una inflación más alta de lo previsto, pero ya decíamos hace semanas que se mantendría en una meseta, por lo que está dentro del rango esperado”.
Como consecuencia, anticipa que estos datos restan aún más renta disponible, dificulta mantener los márgenes empresariales y distorsiona las políticas económicas. Las soluciones ante dichos problemas no se encuentran, por desgracia, en el corto plazo, y aunque Ismael García Puente, gestor de inversiones de MAPFRE Gestión Patrimonial, explica que “los bancos centrales tienen herramientas suficientes” para capear los escenarios más pesimistas, las decisiones en materia de política monetaria aprobadas por los bancos centrales para combatir el nivel de precios “tienen su efecto en el largo plazo”.
Por lo tanto, los expertos ya anuncian que el segundo semestre seguirá la tendencia negativa del primero: “Se juntan varias cosas: una inflación alta; pero a cambio, tasas de crecimiento más bajas y, además, tipos de interés más altos”, explica Matellán. Este cóctel, tal y como afirma, se antoja peligroso pero con una ligera ventaja. “Si el nivel de precios se modera, es posible que asistamos a una moderación en el mensaje de los bancos centrales”.
¿Frenazo económico?
Los mensajes de esfuerzo por controlar una inflación desbocada por las crisis de suministro, su deriva del sector energético y el alza de las materias primas llegan en un momento en que los mercados respiran, al menos por ahora, tras varias semanas consecutivas en rojo. La llegada del entorno bajista a los mercados, unido a los malos datos macroeconómicos, podrían, como se mencionaba en anteriores semanas, alentar la llegada de una eventual recesión, algo que García Puente descarta en este momento: “Es cierto que tenemos miedo porque lo asociamos con la crisis, pero no es así”. Sí reconoce, en cambio, que está habiendo un menor crecimiento (algo que ya se preveía), lo que todo apuntaría, explica, “a un frenazo, pero no a un escenario apocalíptico”.
Las previsiones para los principales selectivos se están moviendo en la misma dirección que las expectativas de crecimiento, anticipando que el sentimiento negativo seguirá entre los inversores por un tiempo. Así lo reconoce Matellán, que cree en este sentido que el sentimiento de mercado suele girar antes que los indicadores económicos: “Es posible que en otoño el ánimo de los inversores se adelante a los mensajes de los bancos centrales”.