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Por qué la Fórmula 1 aprieta el acelerador en Bolsa

Jun 25, 2024

Redacción Mapfre

Redacción Mapfre

Jonathan Boyar, director de Boyar Value Group y asesor del Forgotten Value Fund de MAPFRE AM

 

Para muchos aficionados a las carreras, la competición de Fórmula 1 es la cumbre del automovilismo. A lo largo de 9 meses, en circuitos que van desde España e Italia hasta Australia y Japón, 20 pilotos de 10 equipos lucharán por la copa a velocidades de hasta 375 km/h. Ahora, en su 75.ª temporada, las carreras de F1 atraen a más de 500 millones de aficionados de todo el mundo, con una asistencia presencial a las carreras que alcanza los 450 000 espectadores en algunas sedes y una audiencia mundial media de 70 millones de telespectadores por carrera.

Desde que Liberty Media adquirió el negocio, los ingresos de la Fórmula 1 se aceleraron bruscamente, pasando de 1.800 millones de dólares en 2017, a 3.200 millones el año pasado (un 25% más que en 2022). El presidente de Liberty, John Malone, que posee millones de acciones de Fórmula 1, tiene un historial estelar a largo plazo, con empresas que ostentan una tasa de crecimiento anual compuesto del 17% desde 2006, frente al 9% del S&P 500. Los inversores que deseen participar en esta aventura pueden hacerlo comprando acciones de Fórmula 1 (FWONA), que también forma parte del MAPFRE US Forgotten Value Fund.

Antes de 2017, la popularidad de la F1 seguía una tendencia a la baja, con un descenso de espectadores cada año desde 2010. Sin embargo, mientras que la anterior dirección tenía una visión rígida y posiblemente anticuada de lo que debía ser el deporte, Liberty vio un inmenso potencial a largo plazo y está promoviendo la F1 como una franquicia de entretenimiento y no solo como una propiedad deportiva, un enfoque que ha resonado entre el público de todo el mundo.

Quizá el mayor cambio haya sido la popular serie de Netflix 'Drive to Survive', que sigue a pilotos, equipos y propietarios de F1 dentro y fuera de la pista. Ahora, en su sexta temporada, y con una séptima ya programada, el programa ha contribuido a atraer masivamente nuevos seguidores al deporte, con un 40% de nuevos aficionados ahora mujeres y una media de edad de aficionados a la F1 cuatro años más joven que tradicionalmente. Mientras tanto, al ofrecer inicialmente a ESPN un trato de favor por los derechos de retransmisión en EE. UU. (un enorme mercado potencial para la F1 que tradicionalmente estaba poco explotado), Liberty consiguió una amplia exposición mediática para la F1, lo que le permitió renovar el contrato con ESPN de 2023 a 2025 con un aumento anual 17 veces mayor.

Otros cambios desde que Liberty es propietario han sido también la ampliación de su exposición, la mejora de las finanzas del negocio y, en general, han tenido una buena acogida por los aficionados a la F1. La nueva dirección de la F1 ha reconvertido el negocio en un monstruo mediático, dando a los pilotos acceso a las redes sociales (algo que estaba estrictamente prohibido con los propietarios anteriores), estableciendo límites presupuestarios que han hecho que los equipos sean siempre rentables y deberían ayudar a igualar las condiciones de competencia entre ellos, o introduciendo cambios aerodinámicos que fomentan los adelantamientos más frecuentes (lo que hace que las carreras sean más emocionantes para los aficionados).

En 2023, los ingresos ascendieron a 3.200 millones de dólares, procedentes principalmente de la promoción de las carreras, los derechos mediáticos y los patrocinios. La F1 concede licencias para albergar, organizar y promocionar la mayoría de sus eventos, y los promotores obtienen ingresos de la venta de entradas, las concesiones, la hostelería, los patrocinios locales y la publicidad in situ. Los contratos iniciales suelen tener una duración de entre tres y siete años, a menudo con incrementos anuales de hasta el 5%. Entre los promotores figuran propietarios de circuitos, clubes automovilísticos, organizadores de eventos, organismos gubernamentales, etc.

Los derechos de televisión y otros medios de comunicación cubren las retransmisiones de carreras, entrenamientos, clasificaciones, momentos destacados y repeticiones, y suelen durar entre tres y cinco años, con escalonamientos anuales. Entre los principales socios de retransmisión se encuentran DAZN en España, ESPN en Estados Unidos, Bandeirantes en Brasil y Sky en el Reino Unido, Alemania e Italia. La Fórmula 1 también ofrece su propio servicio de suscripción, F1 TV, que permite a los espectadores seguir las carreras desde el interior de la cabina de su piloto favorito y acceder a repeticiones, charlas en directo por radio con el equipo y una serie de estadísticas en tiempo real.

La F1 corteja a toda una serie de patrocinadores para la publicidad en pista y digital, pero la oferta publicitaria es intrínsecamente limitada y la exclusividad que ofrece la F1 es muy atractiva para los anunciantes (algunos socios publicitarios obtienen el estatus de «Socio Global de Fórmula 1» o «Proveedor Oficial de Fórmula 1», etc.). Los patrocinios suelen durar de tres a cinco años, con escalonamientos anuales, y constituyen una fuente de ingresos de alto margen. La F1 atrae a consumidores ricos y diversos, lo que ha contribuido a atraer a patrocinadores tan variados como Heineken (único patrocinador de la cobertura previa y posterior a la carrera en SportsCenter), Mercedes-Benz (patrocinador de la retransmisión de ESPN) y American Express (que firmó un contrato plurianual como «socio oficial de pagos de F1» en el continente americano).

El mayor gasto de la empresa son los pagos a los equipos, un porcentaje de los derechos comerciales que la F1 distribuye a las 10 escuderías. Tras estos pagos y otros gastos variables (excluida la amortización), la F1 generó un margen bruto del 30 % en 2023. Dado que la F1 no es propietaria de los propios equipos o circuitos y, por tanto, no soporta los costes de explotación de estos activos, los gastos generales fijos son relativamente modestos, apenas el 7 % de las ventas anuales. En 2023, la F1 registró unos ingresos de explotación ajustados (excluidas las depreciaciones y amortizaciones) de 686 millones de dólares, un saludable margen de explotación del 21,3 %.

Como ya se ha mencionado, la competición de Fórmula 1 ha sido históricamente infravalorada en Estados Unidos, pero el nuevo enfoque de Liberty ha alterado ese paradigma al tiempo que ha abierto un enorme mercado potencial para la empresa. En 2017, la F1 albergó una única carrera con sede en Estados Unidos, en Austin (Texas), que, sin embargo, es una de las más concurridas de cada temporada (con 440.000 asistentes en 2022). Desde entonces, Liberty ha añadido dos circuitos más, y la carrera inaugural de Miami atrajo la cifra récord de 2,6 millones de telespectadores solo en Estados Unidos. Para la carrera homóloga, el Gran Premio de Las Vegas, la propia Liberty actuó como promotora, con entradas desde 500 dólares hasta 15.000 dólares o más. Todo el espectáculo representó cientos de millones de dólares de inversión solo en bienes inmuebles, que son ahora el principal holding inmobiliario de la F1. Se espera que el Gran Premio de Las Vegas siga siendo un espectáculo anual en los próximos años, y con los desembolsos de inversión más cuantiosos que ya se realizaron en el pasado, Liberty debería generar grandes beneficios con este evento.

Creemos que una inversión en F1 a estos niveles puede resultar oportuna: en los últimos años, las valoraciones de los derechos de los medios de comunicación deportivos y de las franquicias se han disparado, impulsadas por el rápido aumento de los contratos con los medios de comunicación en todos los ámbitos, así como por la escasez de estos activos y el prestigio de poseerlos. Al igual que un equipo deportivo profesional, la Fórmula 1 es un símbolo de estatus, pero mientras que el Chelsea Football Club y los New York Yankees siempre serán un equipo entre muchos otros, el propietario de la F1 posee algo verdaderamente único: toda una liga. El valor de una participación de este tipo es evidente: el fondo soberano de Arabia Saudí se interesó por la F1 el año pasado por una valoración de 20 000 millones de dólares. Ahora que Liberty trata de repetir el éxito de la F1 con el Campeonato del Mundo de MotoGP (ambas partes han acordado la adquisición y la operación está pendiente de aprobación reglamentaria) en medio de la creciente demanda de derechos de retransmisión deportiva, una cosa debería estar clara para los inversores: en un escenario de adquisición en el que un adquirente trate de comprar el negocio de los derechos comerciales de la F1 a Liberty Media, este activo trofeo exigiría una prima considerable. Aunque la Fórmula 1 está estructurada actualmente como una acción de seguimiento (una estructura poco común en la que las acciones «siguen» un segmento de negocio que forma parte de una entidad corporativa mayor), Liberty está tomando medidas para simplificar su estructura corporativa y eliminar los descuentos entre sus acciones de seguimiento, pasos que bien podrían conducir a una escisión y a una posible venta del negocio.

Incluso en ausencia de una adquisición, creemos que las acciones están significativamente infravaloradas y, utilizando hipótesis conservadoras, valen 88,66 dólares por acción, es decir, un 33 % más que los niveles actuales. Gracias a una combinación de inversiones de crecimiento oportunistas, un mayor compromiso de los aficionados y una gestión más inteligente de los medios de comunicación, la Fórmula 1 está ahora donde debe estar: en la pole position, con el motor en marcha y el mundo mirando.

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