Las spin-off son populares, pero también pueden ser peligrosas
Redacción Mapfre
Para los inversores, las spin-off (la conversión de una división en una entidad cotizada a través de la emisión de acciones de nueva creación) pueden generar valor. En teoría, permiten que partes de una empresa coticen a precios más elevados en comparación de lo que lo hacen atrapadas dentro de la entidad, donde podrían no encajar del modo adecuado. En la práctica, pueden resultar complejas y, en algunos casos, perjudiciales para la rentabilidad para los accionistas a largo plazo.
«Todo el mundo cree que las spin-off son una manera fácil de ganar dinero, y no es así», manifiesta en un artículo publicado en Barron's Jonathan Boyar, CEO de Boyar Value Group. «Hay que tener mucho cuidado y definir los distintos aspectos que se deben buscar para ver si una spin-off es atractiva».
Jonathan Boyar tiene razón. Para los inversores activistas, las spin-off pueden suponer plusvalías considerables. En un estudio que llevó a cabo el Boyar Value Group en 2019, en el que se analizaron cerca de 250 spin-off a lo largo de diez años, se descubrió que los mayores rendimientos de una spin-off tuvieron lugar pasados entre siete y doce meses, y que alcanzó rendimientos máximos de un 7,1 % al cabo de un año. A los inversores a largo plazo no les va tan bien, ya que los rendimientos van disminuyendo a partir de ese momento. Según el estudio de Boyar, la spin-off media tiene un rendimiento inferior al del S&P 500, un 2,7 % anual de media.
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