La empresa, un pilar clave para la jubilación de los empleados
Redacción Mapfre
En los países desarrollados y en muchos de los que se encuentran en vías de desarrollo se registra un proceso acelerado de cambio de su perfil demográfico: tasas de natalidad en descenso, envejecimiento de la población, aumento de la longevidad y un fuerte incremento de las clases pasivas son algunas de las características que comparte las sociedades avanzadas, especialmente en el mundo occidental, donde las pirámides de población llevan tiempo estrechándose en su base.
Esta tendencia, que parece se mantendrá en el futuro, pone en dificultades la financiación de las pensiones de jubilación, especialmente en aquellos países que garantizan estas pensiones mediante sistemas de reparto de titularidad pública. Estos sistemas se basan en la solidaridad intergeneracional, de manera que las aportaciones de los jóvenes son las que pagan las retribuciones a los jubilados, sin que exista método alguno de capitalización.
Complementar las pensiones
El previsible deterioro de los sistemas hace que los empleados actuales tengan que buscar otras vías complementarias para garantizarse una futura jubilación con los recursos suficientes para mantener un nivel de vida similar al que se ha llevado a lo largo de la vida activa. Para evitar depender de una sola fuente de ingresos, lo más recomendable es planificar a largo plazo, destinando parte de los ingresos actuales al ahorro, realizando aportaciones periódicas de manera sistemática.
Los países donde la cobertura de la jubilación es más completa está basado en tres pilares: un sistema público, un mecanismo de ahorro e inversión finalista a través de la empresa de los trabajadores y el ahorro individual. Sin embargo, no todos los países cuentan con un sistema público de pensiones; por otro lado, para muchas personas realizar el esfuerzo de ahorro para la jubilación de forma individual puede resultar complicado, pues exige reservar una parte de los recursos incluso cuando se tienen otras necesidades más inmediatas.
De ahí que el segundo pilar, el que canaliza el capital destinado a la jubilación a través de las empresas, se convierte en la vía más fiable para lograr que los trabajadores acumulen lo necesario durante su vida laboral para tener una pensión adecuada.
Los Estados que tienen bien regulado este segundo pilar suelen contar con mecanismo que no solo garantiza el bienestar económico de los trabajadores cuando llegan a la edad de retiro, sino que favorecen que el patrimonio gestionado por los planes de pensiones de empresa o productos equivalentes se inviertan para obtener una rentabilidad financiera, lo cual redunda también el desarrollo de la economía del país.
Este tipo de sistemas cuenta con la ventaja de que parte de las aportaciones las realiza directamente la empresa al fondo del trabajador, mientras que éste efectúa sus propias aportaciones cada mes y puede, en cualquier momento, hacer una contribución extraordinaria.
El papel relevante de las empresas
Las ventajas de los productos para pensiones constituidos a través de la empresa son diversas. Una de ellas es que, al tratarse de colectivos amplios, los gastos y comisiones que las gestoras o aseguradoras aplican suelen ser menores, lo cual se traduce en un capital mayor destinado a la inversión y, por tanto, mayores rentabilidades.
Otro de los beneficios es que, con frecuencia, los gobiernos nacionales establecen incentivos fiscales que favorecen tanto a la empresa como al trabajador. Pero, sin duda, la principal ventaja de este sistema es que las personas empiezan a ahorrar para su jubilación desde el momento en que se incorporan al mercado laboral.
Está claro que cuanto antes se empieza a ahorrar, mayor capital acumularemos, pero no existe otro factor crucial por el que el ahorro a largo plazo ofrece un gran rendimiento. Se trata del efecto del denominado interés compuesto, que permite incrementar sustancialmente la rentabilidad del ahorro. Consiste en que el patrimonio invertido obtiene una rentabilidad más o menos elevada. El beneficio obtenido se suma al capital ahorrado y se invierte, de manera que los beneficios crecen de manera exponencial a lo largo de los años.
Con la base de ahorro formalizada a través de la empresa, es posible que muchas personas no vean la necesidad de ir más allá. Pero, una vez asegurada una pensión básica, siempre se puede complementar la futura pensión por medio de un producto de ahorro finalista individual, que permita aumentar el capital total ahorrado, sobre todo cuando las personas alcanzan una fase de mayor estabilidad económica, como ocurre, por ejemplo, cuando los hijos se independizan o se deja de estar endeudado con una hipoteca.
Ventajas de ahorrar para la jubilación a través de la empresa
- Permite aportaciones tanto del trabajador como de la empresa
- Los costes y comisiones son menores que en productos individuales
- Con frecuencia, cuentan con incentivos fiscales
- Se empieza a ahorrar desde el comienzo de la vida laboral
- Incrementa el efecto beneficioso del interés compuesto