La economía lanza las primeras señales de alerta a los inversores
Redacción Mapfre
Los principales indicadores económicos siguen dando muestras de que la luz al final del túnel está todavía lejos: mientras que la inflación se espera que siga su recorrido alcista (del 8,1% en nuestro país), la OCDE ha rebajado al 4,1% (previamente, la estimación se situaba en el 5,5%) las previsiones de crecimiento para este año en el caso español.
Estos datos dejan un panorama aún menos optimista del anticipado antes de la guerra en Ucrania. Por el lado de la inflación, Alberto Matellán, economista jefe de MAPFRE Inversión, explica que, en niveles tan elevados, “ya está haciendo daño a las rentas y a los ahorradores”. El problema, según aclara, pasa a ser una cuestión más social que económica.
El crecimiento, por su parte, sigue la misma senda. Lamenta que, pese a que ya esté puesto en precio, haya “señales de alerta”: “Cuando empeoraba la cifra de crecimiento para un año, normalmente solía mejorar la del año siguiente. Pero hoy vemos que las revisiones empeoran en ambos años. Eso significa que el crecimiento va a sufrir mucho”. Con esto, la situación actual es que, aunque los recientes datos del PIB de la Eurozona puedan dar un ligero respiro a la economía europea durante algún mes (creció en el primer trimestre un 5.4% frente al 5.1% esperado), las estimaciones para la vuelta del verano resultan ser más pesimistas.
En este escenario, ¿recalibrarán los bancos centrales sus políticas monetarias? “No. Lo normal es que mantengan la hoja de ruta”, afirma Matellán. Y así ha sido: la reunión del Banco Central Europeo ha traído algunos anuncios de gran calado en vías de volver a la normalización monetaria en la región: entre los más destacados, se encuentra una subida de los tipos de interés de 25 puntos básicos para el mes de julio (la primera subida en once años). De hecho, el organismo ha confirmado, además, que dejan la puerta a abierta a subidas graduales de los tipos para el noveno mes del año en función de la evolución de la inflación (el BCE ha estimado un 6,8% anual en 2022 en sus últimas previsiones).
En este sentido, el economista considera que las medidas anunciadas sirven para allanar el terreno hacia "el final al programa de compra de activos”, tal y como ha podido confirmar el banco central, algo que, a su juicio, “es algo con lo que el mercado contaba”. De esta forma, la Unión Europea pondría fin a seis años en los que la banca se ha movido en tipos negativos.
La clave llegará, por tanto, a partir del mes de septiembre, tanto desde el plano macroeconómico (el nivel de precios se encuentra en una meseta, por lo que podría ser el momento clave en que comience a moderarse) como en el monetario (tanto BCE como Fed reaccionarán en función de la marcha de la economía). En cualquier caso, Matellán sostiene que los inversores no deben dejarse llevar por el pánico y “mantener su cartera si es adecuada y confiar en el trabajo de los gestores”.