Deporte: ¿El gran olvidado de la inversión temática?
Redacción Mapfre
El deporte es, probablemente, el gran olvidado de la inversión temática a nivel global. Podemos encontrar en el catálogo de distintas gestoras de fondos especializados en la robotización, la inteligencia artificial, la pirámide de población, etc. Pero ni rastro del deporte. Resulta curioso, ya que coinciden en este sector tanto características que atraen generalmente a los inversores (visibilidad a medio plazo, facilidad para entender los negocios, ventajas competitivas), como claros vientos a favor para los próximos años.
El deporte mueve en todo el mundo las ilusiones de millones de aficionados. Pero también, como actividad económica, genera un importantísimo volumen de puestos de trabajo y de capitales, comparables a los de otros sectores convencionales. Su universalización como gran espectáculo de masas ha convertido al deporte en una auténtica industria que supone en torno al 1,5% y el 2% del PIB global, el 2% del PIB europeo y más del 3% del PIB de España.
Vivimos, además, en un momento en el que las inversiones socialmente responsables ganan cada vez más peso. El deporte, sin duda, representa la inclusión, los valores, la solidaridad, el cuidado del entorno… Y, en los últimos años, también es una interesantísima historia de mejora en los estándares de gobernanza corporativa.
Entonces, ¿por qué no hay más inversores tomando posiciones en empresas relacionadas con el deporte? Quizás una buena explicación la encontremos en la Economía del Comportamiento. Como muchos de ustedes ya sabrán, esta es la rama de la ciencia económica que incorpora enseñanzas y conceptos provenientes de la Psicología para entender mejor cómo tomamos los seres humanos nuestras decisiones.
En general, al ser humano le cuesta modificar su opinión sobre cualquier aspecto. Sin embargo, las historias de cambio en ocasiones ofrecen buenas oportunidades de inversión. Lo malo es que nuestro cerebro juega en contra. Cuanto más cerca hemos vivido una situación, más difícil nos resulta empezar a verla de manera distinta. Quizás por eso, ante la mejora en los fundamentales del sector del deporte en Europa y su llamativa infravaloración respecto a EEUU, los primeros inversores que han comenzado a tomar posiciones no han sido los locales, sino los del otro lado del Atlántico. ¿Veremos un cambio de tendencia?
El Mapfre AM Behavioral Fund, nuestro fondo de renta variable europea que se precisamente centra en el estudio de la psicología de los mercados, viene desde hace varios meses contando con una exposición a la industria del deporte cercana al 25% del total de sus activos. Es, de lejos, el sector con más peso en nuestra cartera.
Somos accionistas de compañías como MIPS AB, Technogym, Adidas, The Gym Group o, lo que quizás llame más la atención, tres clubes de fútbol que representan casi un 13% de la cartera de este fondo: Borussia Dortmund, Ajax de Ámsterdam y Olympique Lyonnais. El fútbol europeo ha pasado de ser un lugar en el que resultaba impensable invertir de manera racional a representar, en nuestra opinión, una interesante oportunidad para aquellos dispuestos a dejar atrás sus prejuicios.