¿Cómo controlará el BCE los diferenciales de deuda?
Redacción Mapfre
Durante unos meses, el principal dilema de los bancos centrales había sido el de controlar la inflación sin dañar el crecimiento; no obstante, los expertos reconocen que ahora hay un tercer componente no menos importante: controlar la deuda periférica.
La dimisión de Mario Draghi como primer ministro italiano ha demostrado cómo las decisiones políticas pueden tener cierto efecto sobre la economía del continente, esta vez de forma puntual sobre los diferenciales de deuda (alcanzando máximos de un mes). Más allá de casos como este, el conflicto con las primas de riesgo en algunos de los países del sur de la Unión Europea (entre ellos España e Italia) ha hecho saltar las alarmas en las últimas semanas, y tal ha sido la preocupación que el Banco Central Europeo ya comenzó en junio a trabajar en el diseño de un nuevo vehículo enfocado a “discutir las actuales condiciones del mercado” y, como objetivo final, combatir la fragmentación financiera en la Eurozona.
En su reunión de esta semana, además de la anticipada subida de tipos de interés, se han detallado algunas claves del mecanismo para controlar los spreads de deuda. Pero Alberto Matellán, economista jefe de MAPFRE Inversión, cree que el programa anunciado tiene dos vías de solución:
- “Imprimiendo más liquidez para comprar más bonos,
- o quitando liquidez de otros bonos para dárselos a otros”
En cualquier caso, aclara que ambas opciones serían problemáticas: “De aplicarse la primera, estarían haciendo lo contrario a subir tipos, que implica drenar liquidez, por lo que no tendría sentido. Y en el caso del segundo, se generaría una tensión en el BCE enorme por el agravio comparativo que eso supone”. Pero estas medidas, más allá de que puedan ser efectivas para evitar futuras crisis de deuda en la región, es a su juicio una ganancia de tiempo para poder subir los tipos y llegar antes al nivel deseado por el organismo.
En la misma línea apunta Ismael García Puente, gestor de inversiones y selector de fondos en MGP, que reconoce que este nuevo mecanismo levanta algunas dudas dentro del seno del BCE. “Hay distintos miembros que no lo ven con buenos ojos. Es complicado diseñar un programa que convenza a todos los países miembros y establezca criterios de compra de bonos que beneficie a unos países por encima de otros”. Todavía queda, desde su punto de vista, mucho por hacer.
Mientras tanto, la economía seguirá manteniendo el foco en el mecanismo monetario de los bancos centrales. La esperada subida de 25 puntos básicos por parte del organismo presidido por Christine Lagarde se ha tornado a un discurso más agresivo de lo anticipado: el Consejo de Gobierno del BCE ha aprobado la subida de 50 pb. De esta forma, se convierte en la primera subida de tipos en once años y la mayor en 22 años, poniendo fin a los tipos negativos y a diez años marcados por las políticas de estímulos.
En consecuencia, el tipo de interés de las operaciones principales de financiación y los tipos de interés de la facilidad marginal de crédito y de la facilidad de depósito aumentarán hasta el 0,50 %, 0,75 % y 0,00 %, respectivamente.
Pero la cifra de la subida no es, para el economista, la clave del asunto. Con el deterioro de los últimos datos macroeconómicos, valora que, en estos momentos, lo importante es “plantearse hasta qué nivel llegarán los tipos de interés y cuán rápido lo harán. El BCE tiene, con esto, un dilema importante”.