BRICS: hacia un nuevo equilibrio en el poder global
Redacción Mapfre
Los últimos años han estado caracterizados por una gran incertidumbre: pandemia, aumento de la inflación, endurecimiento de las condiciones financieras, proteccionismo, nuevos conflictos… Esto ha supuesto un cambio en el fenómeno de la globalización, que se basa en la reubicación de las cadenas de valor y al que las distintas potencias económicas se han visto obligadas a adaptarse.
En este contexto, se ha celebrado la 16º cumbre de los países BRICS en Kazán (Rusia), en la que además de los miembros tradicionales de este grupo (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), se han incorporado 13 nuevos países (Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam) que comparten las mismas inquietudes.
“La ampliación del grupo se interpreta como una señal de que los BRICS están avanzando hacia un sistema de cooperación multilateral más inclusivo, lo cual persigue una colaboración económica y política más cercana entre sus miembros”, destaca MAPFRE Economics, el Servicio de Estudios de MAPFRE.
La cumbre puso de relieve un propósito común: redefinir las relaciones internacionales para fortalecer a las economías emergentes, con propuestas tanto financieras, como comerciales e institucionales. Las propuestas de los países, que han quedado recogidas en la Declaración de Kazán, pasan por una reforma de las instituciones globales y la creación de un sistema de gobernanza global más multipolar y equitativo. Por ejemplo, consideran que se necesitan cambios en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y los organismos financieros internacionales, para que así reflejen mejor los intereses del Sur Global y para que los países en desarrollo tengan una mayor representación en la toma de decisiones.
Asimismo, el presidente ruso Vladimir Putin propuso la creación de una bolsa de granos, con la intención de estabilizar los precios y reforzar la seguridad alimentaria, así como una menor dependencia de los mercados dominados por occidente.
Moneda, sistema de pagos y un banco de desarrollo
Uno de los objetivos de la cumbre fue buscar vías para disminuir la dependencia respecto del dólar en las transacciones internacionales, con el propósito de limitar el impacto de las sanciones por parte de Occidente. Así, la propuesta incluye la promoción de monedas locales en el comercio entre países BRICS.
La candidata podría ser el renminbi, la moneda de curso legal en China, que está cada vez más presente en las transacciones comerciales. No obstante, no está claro que vaya a sustituir al dólar. Gonzalo de Cadenas Santiago, subdirector general de MAPFRE Economics, explica que hay que estudiar este fenómeno desde tres puntos de vista: las reservas de divisas, el comercio global y las transacciones financieras.
Respecto al primer punto, De Cadenas Santiago destaca que sí se ha reducido la cuota de relevancia del dólar, aunque ese movimiento podría deberse a la rápida subida de tipos de interés de los últimos dos años. El comercio internacional, por su parte, sigue estando dominado por la moneda estadounidense, al igual que en las transacciones financieras.
La creación de un sistema de pagos propio también salió en la cumbre de Kazán y surge como respuesta directa a la dominancia del dólar en el sistema SWIFT y su uso como herramienta de presión geopolítica. De hecho, Rusia fue expulsada de este sistema en 2022 tras los primeros ataques a Ucrania y, además, la dominancia del dólar “permite a Estados Unidos ejercer un control significativo sobre el flujo de capitales internacionales”, destaca el Servicio de Estudios de MAPFRE.
Otra de las formas en las que los países BRICS consideran que se podría disminuir la dominancia del dólar es mediante el aumento de las operaciones del New Development Bank (NDP), el banco de desarrollo establecido en 2015. MAPFRE Economics destaca que el banco “o busca expandir su membresía y fortalecer su capacidad de financiación diversificando las fuentes de inversión, lo que permitiría atender de manera más efectiva las necesidades de los países en desarrollo”. “El objetivo del bloque es consolidar al NDB como un motor de crecimiento y estabilidad económica, con un enfoque en proyectos sostenibles que beneficien tanto a los países BRICS como a sus socios en el Sur Global”, señala.