¿Cómo lo está haciendo la renta variable estadounidense después de la victoria de Trump?

Redacción Mapfre
"Gobernaré con un lema sencillo: promesas hechas, promesas cumplidas". Esta fue una de las primeras frases que pronunció Donald Trump tras ser reelegido como presidente de Estados Unidos. Desde entonces, todos los ojos están puestos en el país norteamericano, y más concretamente, en su presidente y en la materialización o no de esas “promesas”.
Trump ganó las elecciones con un discurso enfocado en el proteccionismo, la reducción fiscal y la desregulación. Estos dos últimos puntos “pro-crecimiento” fueron claves para el optimismo que provocó el alza de la bolsa estadounidense tras su victoria. El día posterior a las elecciones, las tres principales bolsas anotaron máximos históricos: el Dow Jones mostró una subida del 3,57%, hasta los 43.729 puntos; el S&P 500, un 2,53%, hasta los 5.929 enteros y el Nasdaq, un 2,95%, hasta alcanzar las 18.983 unidades.
No obstante, la situación actual no es la misma. A medida que han pasado los meses, los inversores han mostrado cierta cautela, ya que el dirigente republicano, “a diferencia de su anterior mandato, ha comenzado priorizando sus medidas más inflacionistas, como el incremento de aranceles y/o las barreras a la inmigración”, explica Javier de Berenguer, gestor de inversiones y selector de fondos de MAPFRE Gestión Patrimonial.
En las últimas semanas son muchas las noticias que ha generado Trump alrededor de los aranceles. El presidente de EE.UU. parece no acabar de decirse sobre los niveles de tasas de dichos aranceles, ni tampoco su entrada en vigor, ya que ha realizado numerosas rectificaciones al respecto. Recientemente, ha vuelto a cambiar de opinión y ha anunciado una pausa en los aranceles del 25% a las importaciones de México y Canadá de aproximadamente un mes, hasta el próximo 2 de abril.
Respecto al viejo continente, Trump también ha dejado claro su intención de imponer aranceles a la Unión Europea, de un 25%, si no hay futuros cambios. Este anuncio provocó que los líderes de la UE hayan acordado aumentar el gasto en defensa a los 800.000 millones de euros en los próximos cuatro años.
Para China, los posibles aranceles se sitúan en el 20%. El país asiático, en respuesta, ha impuesto tasas de entre 10% y 15% sobre ciertos productos estadounidenses, como el pollo, la soja, la carne de cerdo y de vacuno, pescado y marisco, frutas, verduras y productos lácteos, carbón, gas natural, camionetas y vehículos deportivos.
El presidente norteamericano admitió que los aranceles podrían causar "algún dolor" a los estadounidenses, pero considera que están justificados.
La respuesta del mercado al inicio de esta guerra comercial no ha tardado en manifestarse y se está viendo a tiempo real. Estas políticas han incrementado el clima de incertidumbre en el que ya estaban inmersos los inversores, revirtiendo el optimismo inicial ya mencionado de la reelección de Trump. De Berenguer advierte de que si la administración Trump persiste en este camino, podría debilitar la confianza de los consumidores y las empresas, afectando negativamente el crecimiento económico en EEUU a medio y largo plazo.
Un indicador con el que se puede tomar este pulso es el de la estadística GDPNow, un modelo de pronóstico del PIB estadounidense para el trimestre en curso desarrollado por la Reserva Federal de Atlanta. La previsión que apunta no es nada halagüeña: según su última actualización, de principios de marzo, la economía de Estados Unidos se contraería a una tasa anual del -2,8% en el primer trimestre de 2025.
Razones para ser optimistas a medio y largo plazo
Sin embargo, De Berenguer explica que hay motivos suficientes para seguir apostando por la renta variable de EE.UU. en plazos medios y largos.
- Desarrollo de industrias de carácter estratégico: “Semiconductores, IA, EV’s, coche autónomo y otros relacionados con tecnología avanzada, así como sus beneficiarios”, explica De Berenguer.
- Mandos políticos favorables al crecimiento y al tejido empresarial: “Algo que creemos se verá reforzado por la actual administración”, añade.
- Liderazgo geopolítico y de comercio: “Es precisamente lo que se encontraba en tela de duda ante de la llegada de Donald Trump y por lo que creemos ha comenzado priorizando los desequilibrios comerciales que sufre el país (vs. resto del mundo)”, asegura.
De Berenguer reconoce que son positivos en los próximos años con la renta variable estadounidense, aunque eso no “signifique que el camino vaya a estar exento de volatilidad”, debido a que variables como la valoración puede provocar alguna corrección en las bolsas.
En este sentido, el experto de MGP asegura que “Trump tiene la misión de volver a reactivar la industria americana, más ligada a estados con menos exposición al sector tecnológico y donde el ciudadano medio no está tan contento como en las grandes urbes, para esto necesita un trato comercial justo con países que actualmente estarían cubriendo esta producción, sumado a unos menores costes energéticos”.
Para De Berenguer, si Trump logra generar un entorno más competitivo para la producción nacional, podría sentar las bases para un crecimiento económico sostenido y ampliar las oportunidades para sectores que han estado a la sombra de las grandes tecnológicas en los últimos años.
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