El fondo de MAPFRE que invierte en fútbol cumple tres años con una rentabilidad superior al 35%
Redacción Mapfre
La economía conductual o economía del comportamiento es el estudio de cómo los factores psicológicos, sociales o cognitivos afectan las decisiones económicas de los individuos. Sobre esta filosofía se apoya la estrategia del MAPFRE AM Behavioral Fund, un fondo que intenta entender cómo afectan estos factores a la toma de decisiones de los inversores. Además, cuenta con la peculiaridad de que parte de su cartera la destina a empresas deportivas y, en concreto, a tres equipos de fútbol: Olympique de Lyon, Ajax de Ámsterdam y Borussia Dortmund. Este fondo, de renta variable europea, acaba de cumplir tres años, en los que acumula rentabilidades anualizadas de más del 10% y en los que ha superado con un amplio margen a su índice de referencia. Su gestor, Luis García, nos ofrece las principales claves del éxito.
¿Cuál es tu valoración del rally del fondo en estos tres años?
Por supuesto, estamos muy contentos con los resultados de estos tres años. Pero, sobre todo, con el proceso de análisis e inversión que se ha puesto en marcha y al cual nos ceñimos. En estos tres años ha habido momentos mejores y peores en términos de rentabilidad. Lo que hemos intentado es no perder nunca el foco en lo que queremos hacer. Si uno tiene claro lo que busca, intenta mejorar un poco cada día y cuenta con la paciencia de la organización y el horizonte temporal adecuado, las probabilidades de acertar de manera recurrente se hacen mucho más elevadas.
¿Cómo definirías la filosofía del fondo?
Como indica el propio nombre del fondo, ponemos el foco en el estudio de la psicología del ser humano en su faceta como inversor. Eso ha condicionado de manera positiva muchas de las decisiones que hemos tomado, ya que han sido tres años de muchas emociones en los mercados, tanto miedos como euforias. Intentamos no escuchar al mercado, sino tomar ventaja de él. Los precios de las acciones no nos dan ninguna información sobre lo bueno o malo que es un negocio o un equipo gestor. Tratamos de aislarnos y centrarnos en comprender bien esa parte.
¿Cómo está compuesta actualmente la cartera?
La cartera se movió bastante al inicio, ya que en 2018 y 2019 hubo bastante volatilidad y pudimos encontrar buenas oportunidades. La gran caída de 2020 nos pilló con una buena parte de los deberes hechos. En ese momento, incorporamos algunas empresas que ya habíamos estudiado previamente, pero que entonces pudimos comprar a precios mucho más atractivos. Desde entonces, lo más difícil que hemos hecho ha sido no ponernos nerviosos y mover poco la cartera. Y eso nos ha beneficiado. No hay que estar moviéndose constantemente, sino sólo cuando uno está convencido de hacerlo. La última incorporación al fondo ha sido la compañía francesa Chargeurs, con presencia en varias actividades de nicho y con una de esas historias de cambio poco apreciadas por el mercado que tanto nos gustan. Por lo demás, cabe destacar que un 25% de la cartera sigue invertida en el sector del deporte, del cual un 10% pertenece a equipos de fútbol.
Una de las patas de la mesa de este fondo es su apuesta por equipos de fútbol que cotizan en Bolsa. Recientemente hemos visto que equipos pequeños españoles han comenzado a entrar en el mercado. ¿Crees que esta tendencia, ayudada por un cada vez mayor control financiero, es puntual o llegará al fútbol de primer nivel de nuestro país?
El mundo del fútbol, en su parte de actividad económica, está en un punto de transformación como nunca antes en su historia. La profesionalización del sector se está manifestando en mayor control financiero y en mejor gobierno corporativo, entre otras cosas. Y la bolsa es un medio más por el que los clubes pueden buscar fondos para crecer o dotar de liquidez a sus accionistas actuales. España es el país que ha implementado un mejor control financiero y, sin embargo, es la única de las grandes ligas que no tiene un club profesional cotizando en bolsa. Se trata de una anomalía y, por tanto, no sería extraño que se corrigiera en los próximos años y que viéramos a algún club de Primera o Segunda División cotizando en bolsa.
En esta línea, este deporte tiene un importante componente emocional, ¿es una buena idea aplicar este sentimiento a las decisiones de inversión?
Precisamente, el gran componente emocional del fútbol es el que mantiene alejado a muchos analistas e inversores y hace que, en nuestra opinión, se estén perdiendo la interesante historia de cambio que se está produciendo. Una prueba de esto es que, por el contrario, los inversores americanos, mucho menos afectados por las emociones del fútbol que los europeos, están corriendo a comprar equipos en distintos países en los últimos años. Las emociones están más presentes en el corto plazo. Cuando un club gana o pierde una eliminatoria importante, cuando se produce una lesión o cuando se anuncia un fichaje, el mercado reacciona de manera muy brusca. Pero nosotros invertimos con un horizonte de largo plazo. Ese ruido de corto plazo no nos interesa y eso creemos que nos da una gran ventaja a la hora de tomar decisiones.
¿Qué esperas de este fondo para los próximos años?
Como dice un buen amigo que también se dedica a esto, lo único seguro es que el mercado se moverá. Y tenemos que estar bien preparados para ello. Seguiremos nuestro camino, intentando mejorar como inversores y repitiendo de manera sistemática el proceso en el que creemos. No sabemos lo que pasará en los siguientes meses, ni en los siguientes años. Tratar de predecirlo podría alejarnos de nuestro plan de trabajo. A lo que tenemos que aspirar es a ofrecer rentabilidades anualizadas de doble dígito en ciclos de 5-7 años. De momento, vamos por muy buen camino, pero no hay que pararse.