Aspectos a tener en cuenta antes de jubilarte
Redacción Mapfre
En el siglo XXI, la esperanza de vida está alcanzado cotas insospechadas hace tan solo unas décadas. Esto significa que muchas personas disfrutan de largos años de vida después de retirarse de su actividad profesional, lo que obliga a pensar bien cuál será su situación financiera cuando dejen de trabajar y, también, qué pueden hacer para mejorar tal situación.
Lo principal que se debe hacer antes de llegar a la jubilación es pensar y analizar con mucho tiempo de antelación. Realizar esta reflexión cuando quedan pocos años para abandonar la vida laboral activa dejaría poco margen de maniobra y, muy probablemente, nos encontraríamos con que es demasiado tarde para tomar las medidas necesarias o con que tendríamos que realizar un gran esfuerzo de ahorro en un plazo muy breve.
Paso a paso
El primer paso es decidir qué tipo de vida se quiere llevar una vez jubilado. Si la perspectiva es tener una vida tranquila, manteniendo unas rutinas sin salir del entorno habitual o permaneciendo cerca de la familia, puede que una pensión normal cubra casi completamente las necesidades. Ahora bien, si el plan es realizar viajes o adquirir una vivienda en un lugar soñado para pasar allí el resto de nuestros días, es muy probable que haya que realizar un plan de ahorro a largo plazo e invertir adecuadamente para consolidar un capital que permita alcanzar el objetivo.
El siguiente aspecto importante es calcular cuál será la pensión de jubilación que nos corresponde tras toda una vida laboral. Con esta información, hay que hacer una estimación del dinero que necesitaremos para mantener el nivel de vida que deseamos y comprobar qué diferencia hay entre ambas cifras. El resultante, multiplicado por los años de esperanza de vida desde el momento de la jubilación, será el capital que tendremos que acumular a lo largo de nuestros años de actividad.
Teniendo en cuenta los dos aspectos anteriores, la conclusión más inmediata es que conviene empezar ahorrar tan pronto como sea posible. No solo porque cuantos más años dediquemos al ahorro más capital acumularemos, sino porque, al invertirlo, el dinero ahorrado también irá generando beneficios que se sumarán a lo ahorrado.
Del ahorro a la inversión
Una vez que se ha tomado la decisión de ahorrar a largo plazo, el siguiente paso en el proceso es invertir, pero no de cualquier manera. Es conveniente crear una estrategia de inversión, teniendo en cuenta que, cuanto mayor sea el tiempo que quede hasta la jubilación más riesgo podremos asumir al invertir. Para ello, además de comenzar siendo lo más joven posible, es recomendable establecer una pauta de ahorro con regularidad. Realizar aportaciones de forma mensual, por ejemplo, evitará los efectos negativos que puede provocar la volatilidad de los mercados.
Hay productos destinados específicamente a planificar el ahorro para la jubilación, los más conocidos son los fondos de pensiones, pero también hay otros como los PIAS (Planes Inidividuales de Ahorro Sistemático), fondos de inversión o unit linked; puedes conocer más de las distintas opciones de inversión a largo plazo en este artículo.
Dentro de estos productos, se pueden encontrar algunos con una filosofía de inversión más conservadora, con menos rentabilidad, pero también con menor riesgo, y otros con una filosofía más arriesgada, cuyas expectativas de rentabilidad suelen ser superiores. En términos generales, los primeros están más indicados para personas que tienen próxima la edad de jubilación, mientras que los segundos son más adecuados para los más jóvenes, con un horizonte de ahorro más lejano.
Para encontrar la estrategia que más se adapte a nuestro perfil, es aconsejable contar con el asesoramiento de un profesional con conocimientos sobre productos de ahorro a largo plazo y planificación financiera. Además de las cientos de oficinas de seguros, MAPFRE ofrece a través de MAPFRE Gestión Patrimonial el servicio de más de 200 agentes financieros y de planificación patrimonial, que ayudan a sus clientes a elegir entre las mejores soluciones de inversión en base a su situación personal.
Foco en el largo plazo
Otro factor importante por parte del cliente es que, una vez elegida una estrategia de inversión se mantenga fiel a ella, manteniendo una visión a largo plazo y sin dejarse llevar por los frecuentes vaivenes del mercado que, en ocasiones, desatan el pánico entre los ahorradores y estos tienden a tomar decisiones poco meditadas. Es cierto que conviene revisar la estrategia periódicamente si se producen cambios en la situación del inversor, pero estos ajustes se deben hacer tras un análisis detallado y contando con el asesoramiento adecuado.
Tan importante como la rentabilidad obtenida por el ahorro es la fiscalidad del producto elegido. Según las normas de cada país, un producto puede tener desgravaciones cuando se aporta el dinero, lo cual supone aprovechar ventajas fiscales a corto plazo.
Otros instrumentos financieros o de seguros pueden tener las deducciones fiscales cuando se recupera el capital acumulado, lo cual supone aplazar dichas ventajas fiscales hasta el momento de la jubilación, lo que, en buena lógica, puede ser la opción más recomendable. Por otro lado, también es posible que el tratamiento fiscal sea diferente si se recupera el ahorro en forma de capital (todo de una vez) o si se cobra en forma de renta mensual. Todos estos aspectos pueden tener un efecto importante sobre el resultado final.